La larga estancia de los ingleses en Oriente Medio y Egipto, en India y China, en Australia y Africa, han ido engrosando la más fascinante colección que pueda imaginarse. Las salas egipcias, en particular, son extraordinarias.
Sarc├│fagos, papiros, objetos de adorno y hasta una autentica Mastaba reconstruida son s├│lo parte del muestrario. Ya queda algo dicho de las valiosas piedras del Parten├│n y no hay que dejar de lado las colecciones de los pueblos primitivos de Africa y Australia.